El café de El Salvador, proveniente de la región de Cerro Santa Ana en Apaneca, es una muestra destacada de la tradición cafetera salvadoreña. Cultivado a altitudes que oscilan entre los 1,450 y 1,550 metros sobre el nivel del mar, este café se beneficia de las condiciones climáticas y geográficas ideales para producir granos de alta calidad.

La variedad Bourbon Rojo, cultivada en esta región, es conocida por su capacidad para desarrollar perfiles de sabor complejos y bien equilibrados. En taza, el café de Cerro Santa Ana ofrece una experiencia sensorial rica y placentera.

Las notas predominantes de este café incluyen el dulzor del azúcar moreno, que aporta una base cálida y caramelizada. También se pueden identificar matices de kiwi dorado y uva, que introducen una acidez brillante y frutal. Los toques de té negro añaden una dimensión aromática que complementa perfectamente el perfil general del café.

El perfil de taza de este café es suave, con un sabor a nuez y chocolate que perdura en el paladar, creando una experiencia de degustación rica y reconfortante. El equilibrio entre las notas dulces, frutales y ligeramente astringentes hace de este café una elección perfecta para quienes aprecian un café complejo y refinado.